No hay personaje más ilustre en la literatura universal que Don Quijote de La Mancha. Y no menos conocida es su amada, una joven que motivó las más famosas gestas del bien conocido hidalgo, Dulcinea. Su patria chica, el municipio toledano de El Toboso, un pueblo histórico, de pasado anclado en las raíces ibéricas, respira las letras cervantinas como aquel que debe la vida a un noble acto. Pero El Toboso sabe a más. Huele al intenso aroma del queso, recuerda a La Mancha como la soñaron los autores del medievo y deja ese gusto en boca, redondo, grave, con carácter y personalidad que transmiten los vinos de la comarca.
Ahora, El Toboso se une a Caminos del Vino, la Ruta del Vino de La Mancha. Un proyecto que integra, desde el corazón de una tierra que se siente como propia, la oferta turística y enológica de ocho municipios curtidos por el sol, cultivados por el trabajo de los labriegos, dibujados entre la sombra de los molinos que se erigen como gigantes sobre las lomas entre vastas llanuras, y que sirve de plataforma a esta comarca que posee la mayor extensión de viñedos de Europa. La Mancha como nunca la habías soñado.
Caminos del Vino descubre además, en una nueva etapa iniciada por la comercialización del producto enoturístico, el alma vitivinícola de una tierra histórica a través de un recorrido por ocho municipios de una misma comarca (Alcázar de San Juan, Campo de Criptana, Pedro Muñoz, Socuéllamos, Tomelloso, Villarrobledo, San Clemente y El Toboso). Una oferta que ha quedado definida en la última Junta Directiva de la Ruta, presidida por Ángel Parreño, a la que, tras más de un año de proceso de adhesión, se unen los paisajes y sabores de El Toboso.
Íntimamente ligada al cultivo de la vid, La Mancha propone, a propios y extraños, una tierra cálida y curtida llena de sensaciones sembrada de bodegas y rincones que conformaron a pinceladas el escenario único de las más importantes gestas y hazañas de los personajes de la literatura universal.
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