miércoles, 17 de febrero de 2010

Monvínic ecosostenible

Monvínic, centro de referencia internacional para la divulgación de la cultura del vino, trabaja por hacer su actividad lo más ecosostenible posible. La cocina de Sergi de Meià, chef de Monvínic, ha estado muy involucrada desde sus inicios en utilizar el máximo número de productos procedentes de Cataluña –el 95%-, no sólo como muestra de respeto y amor por la cocina autóctona, sino también para minimizar las emisiones de CO2 derivadas del transporte de los alimentos.

Monvínic, en su afán por dar a conocer la extraordinaria diversidad de vinos procedentes de todo el mundo, posee una bodega con cerca de 4.000 referencias de vinos de los cinco continentes, miles de botellas que en su peregrinaje hasta Barcelona, inevitablemente, llevan parejo una importante emisión de gases de efecto invernadero. Monvínic es perfectamente consciente de que la crisis medioambiental, y, por extensión, de supervivencia de la especie humana, va mucho más allá de las emisiones de CO2, pues aspectos tales como la destrucción de ecosistemas y la consiguiente pérdida de biodiversidad, la sobreexplotación de los recursos naturales, o la polución ambiental, constituyen problemas tan o más graves que el cambio climático. Pero no por ello Monvínic considera menos trascendental compensar su huella de carbono mediante la inversión en proyectos de captura y almacenamiento natural del carbono, iniciativa que ha llevado a cabo a través de la Fundación Empresa & Clima.

Foto de Eugeni Pons

La Fundación Empresa & Clima, referente para las empresas españolas ante las necesidades originadas en torno al cambio climático, calcula las emisiones de CO2  generadas por una empresa, teniendo en cuenta el tipo de transporte utilizado, los kilómetros recorridos y el peso del material transportado. Para Monvínic, siguiendo esta pauta, se ha calculado que durante el 2009 ha emitido 7,48 toneladas de dióxido de carbono por las importaciones de botellas de vino.

En este sentido, Monvínic ha querido aportar su grano de arena para cuidar el ecosistema adhiriéndose al Club Kyoto en categoría de miembro base a través de la Fundación Empresa & Clima. Monvínic colaborará a partir de este año económicamente con los proyectos que se llevan a cabo, ayudando así a sensibilizar a la mayor gente posible de la trascendencia de aprender a convivir dentro de los límites biofísicos de la Tierra. Un acto simbólico quizás, pero que con millones de pequeños actos como este en todo el mundo podrán crear algún día un punto de inflexión hacia una sociedad realmente sostenible.

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