Enoturismo 360

jueves, 2 de diciembre de 2010

Nace un club de vinos que potencia las cooperativas

La idea de El Arte de Beber surge de la necesidad de otorgar al vino cooperativo el espacio que debe ocupar en el mercado, pero también de la decidida voluntad de difundir los elementos que lo convierten en un producto de arraigo cultural y social: calidad, producción sostenible, vínculo a la tierra, unión de los esfuerzos de muchos pequeños empresarios… En España, existen en la actualidad alrededor de 600 bodegas cooperativas distribuidas por todo el territorio nacional y con representación en todas las zonas productoras.

Su producción abarca una enorme variedad de uva con la que se elaboran siete de cada diez vinos, en torno al 70% de la producción española, incluidos los de mayor calidad. Los vinos cooperativos son vinos de producción propia, al proceder de las aportaciones de los cerca de 160.000 socios viticultores que gestionan su propia tierra. Su experiencia –nadie conoce mejor la forma de cultivar y de obtener frutos de máxima calidad de un viñedo que su propio dueño-, unida a la labor de técnicos de campo y enólogos en el proceso de selección de matera prima y elaboración garantizan un producto final de gran calidad.

Los vinos cooperativos presentan otra característica distintiva: su producción es sostenible. Todas las bodegas cooperativas se ubican en el medio rural, con vocación de permanencia y, en muchos casos, como única empresa de la zona y piedra de toque de la economía local. Diversos estudios socioeconómicos avalan al cooperativismo vitivinícola como un valor añadido en el campo español, evitando la despoblación. En la actualidad, generan en torno a 4.000 puestos de trabajo fijo y una producción anual valorada en más de 1.000 millones de euros.

El proyecto está abierto a la incorporación voluntaria de cualquier bodega cooperativa. El principal requisito para unirse al club es que la calidad de sus vinos haya sido acreditada por altas puntuaciones en guías de referencia, premios en concursos nacionales e internacionales de prestigio, gran reconocimiento en el mercado y entre los consumidores, una buena relación calidad/precio y, en su caso, a través de una cata ciega realizada por un jurado independiente.

El Arte de Beber comienza con 25 vinos diferentes y de alta calidad, pertenecientes a diez bodegas cooperativas, pero la iniciativa ya tiene previsiones de crecimiento. Sus organizadores calculan que, en 2011, se podrían integrar en el Club nuevos vinos selectos, de otras veinte bodegas cooperativas más.

Sin pretenderlo, las bodegas que participan inicialmente en esta aventura abarcan casi la totalidad del territorio nacional. Desde el norte, representado por Galicia y el País Vasco; hasta Andalucía pasando por Cataluña, Aragón, Valencia y Castilla-La Mancha.

Además de poner en valor la calidad del vino corporativo, El Arte de Beber también quiere convertirse en un acicate para que las bodegas cooperativas inviertan esfuerzos en lograr los vinos de la mayor calidad posible y poder, así, aspirar a ser elegido por el club de vinos que pretende amparar a la selección de los más exquisitos.

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